lunes, 13 de diciembre de 2010

Evolución de la Unión Europea: presente, pasado y futuro

“Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen como quieren; no la hacen bajo condiciones escogidas por ellos mismos sino en condiciones que encuentran, que les son dadas y trasmitidas en el pasado”.
-Karl Marx-
El ejemplo de la Unión Europea puede fácilmente contradecir el argumento de Marx. A través de los años este organismo supranacional ha logrado reconciliar el continente. Europa pudo romper con los paradigmas establecidos por la historia, esta le enseño: lo absurdo de la rivalidad  nacionalista y después de dos Guerras Mundiales logra reponerse, convirtiéndose actualmente en la constructora de su propio desarrollo mediante una asociación económica y política única compuesta por 27 países democráticos. Por esto creo conveniente establecer las condiciones que vivía Europa, para así entender los motivos que propiciaban o retrasaban cada paso de la unificación y así mismo el desarrollo que ha tenido y tendrá.
Con fecha del 8 de mayo de 1945, “Combat” un diario francés, definía al fin de la guerra en Europa como “Esta inmensa alegría llena de lágrimas” Pero ¿aquella alegría le pertenecía a los europeos? La mayor parte de esta “victoria” provenía del exterior, salvo los rusos y los ingleses, que habían contribuido marginalmente con ella.
La Segunda Guerra Mundial deja a Europa completamente devastada, los puertos, las vías navegables, los puentes, las redes ferroviarias estaban destruidas. La producción industrial y agrícola quedó reducida casi a la mitad de su nivel anterior a la guerra, prácticamente habían desaparecido los intercambios comerciales, los estados europeos se hallaban desprovistos prácticamente de cualquier reserva financiera, mientras las monedas se habían reducido a casi nada. Todas estas condiciones crean en Europa la necesidad de unificarse, con el fin de evitar que se repitan conflictos entre países vecinos que por ende afecta las condiciones de vida de la ciudadanía.
Al finalizar la guerra, los antagonismos en la “gran alianza”, conformada por la Unión Soviética, Estados Unidos y Reino Unido, empezaron a surgir. Los “tres grandes”, Stalin, Churchill y Roosevelt trataron de ponerse de acuerdo sobre el destino de Europa, para esto era necesario determinar las fronteras y definir que régimen político seguirían ahora los países liberados. Y es en la conferencia de Yalta donde los vencedores dividieron el territorio alemán en cuatro zonas de ocupación: la oriental fue controlada por la URSS, y la occidental por Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos.

El intento de reunificación Alemana se convirtió en la separación del mundo en dos bloques ideológicamente irreconciliables, comunismo contra capitalismo, representados por la Unión Soviética y Estados Unidos, periodo denominado Guerra Fría, donde Estados Unidos tenía como objetivo “contener el comunismo”. Los países Europeos se vieron obligados a elegir un bando, reducidos en gran medida al estado de objetos de las relaciones internacionales. De aquí nace el 11 de abril de 1948 la Organización Europea para la Cooperación Económica (OECE), con el fin de administrar el dinero del Plan Marshall proveniente de Estados Unidos.
La única esperanza para mejorar las condiciones de Europa era la total reconciliación entre los países del continente, el primer paso de unificación para formar lo que es hoy la Unión Europea lo dio Robert Schuman, el 9 de mayo de 1950, proponiendo la puesta en común de las producciones de carbón y de acero, utilizados para la fabricación de armas, garantizando así la creación de bases comunes de desarrollo económico, y al mismo tiempo asegurándose el no-enfrentamiento entre Alemania y Francia, haciéndolo materialmente imposible.
En 1951, se estableció, mediante el Tratado de París la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA). Este fue el primer intento de mercado común europeo, donde participaron Francia, Alemania Occidental, Italia, Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo. En 1953 estos mismos países firman los Tratados de Roma, en el cual se dio nacimiento a la Comunidad Económica Europea (CEE) y, por otro, a la Comunidad Europea de Energía Atómica (EURATOM) conformando junto con la CECA los “Tratados Constitutivos” de la las Comunidades Europeas.
El objetivo inicial de la CEE era formar un mercado común y de libre circulación de bienes, servicios y personas entre sus miembros, en la primera etapa se formó solamente un mercado común para el conjunto de producción industrial y agrícola, además se previó la creación de políticas económicas comunes para las áreas de competencia comercial, comercio exterior, acción social, agricultura, trasporte y energía. Por otro lado el EURATOM pretendía desarrollar la industria nuclear europea y establecer normas básicas en materias de seguridad y protección para la población.
En 1957 entra en vigor el Tratado de Bruselas o Tratado de fusión donde se estableció una sola Comisión y un solo Consejo Europeo para las tres comunidades europeas entonces existentes (CECA, CEE, EURATOM). Gran Bretaña rechazó pertenecer a este Mercado Común por dos ocasiones, en 1963 y en 1966, debido a la posible injerencia en la vida nacional por medio de la CEE influenciada por Estados Unidos. Y fue hasta 1973 en que esta comunidad se expande con la entrada de Reino Unido, Dinamarca e Irlanda, siendo ahora la Europa de los nueve.
Una de las metas más difíciles de alcanzar para la Unión Europea fue la homogeneización del sistema monetario. Un año después del fracaso de planes de unión monetaria de la CEE en 1971, se pone en marcha el sistema europeo de cambios conocido como serpiente europea.

Desafortunadamente ese mismo año se da el primer choque petrolero, acabando con el sistema monetario internacional, imposibilitando así la consolidación de un solo sistema monetario europeo. Esta crisis económica llevo a que los países de Europa implementen políticas económicas independientes, distorsionando aún más el ideal de unificación.
En 1979 se dan las primeras elecciones al Parlamento Europeo por sufragio universal directo, con esto se da la creación de la nueva unidad de cuenta común, la Unidad Monetaria Europea o European Currency Unit (ECU) utilizado como instrumento de pago de deudas de los bancos centrales de los países miembros de la Comunidad Económica Europea. Las especulaciones también afectó a esta nueva moneda, cambiando el margen máximo de flotación de 2.25% con relación al tipo de cambio pivote a +/- 15%.

En 1981 Grecia se incorpora a la unión y en 1986 lo hace España y Portugal, formado ahora la Europa de los doce. La lentitud de construcción europea se explica por la fortísima impregnación nacional de los pueblos que tienen dificultades para sentirse ante todo “europeos” y son muy reticentes a dar el paso decisivo de transformación de una comunidad económica a una política.

Los países del continente no se sentían identificados con la Comunidad Económica Europea, debido a que ésta no brindaba una seguridad política, para continuar con sus planes de expansión era necesario solucionar estos problemas, es por esto que el 1 de julio de 1987 se dio la Acta Única Europea donde se constituye la primera gran reforma de los tratados de París y Roma, estableciendo las condiciones jurídicas para la creación de un mercado único; fortaleciendo el sistema de cooperación política europea, tanto en los campos de investigación, tecnología y medio ambiente como en seguridad y defensa; mejorando las estructuras de decisión de la Comunidad Europea, con el fortalecimiento de los derechos del Parlamento Europeo.

Poco a poco se estaba viendo una unificación de Europa, pero tan solo la del oeste. La Europa Oriental se mantuvo congelada durante cuarenta años hasta la caída del Muro de Berlín, la República Democrática Alemana (RDA) se reunifica con la República Federal Alemana (RFA), por lo que es incluida a su vez en la unión sin que aumente el número de estados miembros. Ante esto la Europa de los doce plantea extenderse a toda Europa a pesar de la excesiva diferencia entre estas dos partes, con el fin de lograr una verdadera unificación del continente.
El 7 de febrero de 1992 se firma en Maastricht el Tratado de la Unión Europea, este no habría sido posible sin el logro de los objetivos del Acta  Única Europea, sobrepasando por primera vez el objetivo económico inicial de la Comunidad, dándole vocación de unidad política, implementando nuevas formas de cooperación entre los gobiernos de los Estados miembros, es por esto que se cambia el nombre de “Comunidad Económica Europea” por “Comunidad Europea”.
En 1995 se incorpora Austria, Finlandia y Suecia, y entra en vigor el acuerdo Schengen, cuyo objetivo es finalizar con los controles fronterizos dentro de la unión. En 1997 se establece una nueva normativa legal de la

Unión Europea mediante el tratado de Ámsterdam donde se instauran criterios importantes de: empleo, libre circulación de ciudadanos, justicia, política exterior y de seguridad común, y reforma institucional para afrontar el ingreso de nuevos miembros. Este complemento permite actualmente viajar y comerciar sin el obstáculo de las fronteras, fomentando oportunidades de trabajo y estudio para millones de europeos.
El 1 de enero de 1999 se introdujo oficialmente el euro, sucesor del ECU, como moneda única de la Unión Europea, once países (a los que se une Grecia en 2001) lo adoptan para sus transacciones comerciales y financieras; y es en el 2002 cuando entra en circulación la moneda física. Al parecer las diferencias entre los países de Europa fueron ignoradas a pesar de la existencia de los criterios de inclusión de la Unión Económica y Monetaria, Paul Krugman, Premio Nobel de Economía, asegura que “la arrogancia de las élites; concretamente, las élites políticas instaron a Europa a adoptar una moneda única mucho antes de que el continente estuviera preparado para un experimento de este tipo”.
El 26 de febrero del 2001 se firma el Tratado de Niza, que entra en vigor en febrero del 2003, con el fin de reformar las instituciones para que la Unión pudiera funcionar eficazmente para su ampliación, en el 2004 se incorporan República Checa, Chipre, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Malta y Polonia, año en el que se establece una Constitución para Europa con el fin de simplificar el proceso de decisión democrática. En el año 2007 se adhieren Rumania y Bulgaria, poco a poco los nuevos integrantes van adoptando el euro como moneda única, ese mismo año lo hace Eslovenia y al año siguiente lo siguen Chipre y Malta, tras estas ampliaciones, una de las prioridades de la Unión ha sido la equiparación del nivel de vida de los países más pobres.
La aparente estabilidad de la Unión Europea se ve afectada con la crisis económica del 2008, sin embargo se implementa ayuda económica para los países más afectados y se retoma los propósitos de la Agenda de Lisboa, planteada en el 2000, con el fin de poder adaptarse a los nuevos requerimientos de una economía globalizada y de la revolución tecnológica.
Junto con la implementación de estas políticas no solo se verá mejoría en los mecanismos de producción y economía supranacional sino que también habrán reformas estructurales en los sistemas educativos y de formación profesional, incluida la investigación, el desarrollo y la innovación; mayor movilidad ascendente y descendente en las iniciativas emprendedoras; sistemas de evaluación de la productividad y de la competitividad.

El cumplimiento de estas metas contribuirá en el cumplimiento de los objetivos planteados por la UE en materia energética y en la lucha contra el cambio climático, ya que se necesitará un esfuerzo estratégico de diversificación energética y de cambios tecnológicos para alcanzarlos. n materia de derechos humanos, el derecho de la unión europea prohíbe la discriminación, generando una sociedad más justa y eficiente, siendo también pionero de la lucha por los derechos a la mujer. Los flujos migratorios dejarán de ser un problema, a pesar de la libre movilización de personas, si se implementa la cooperación política y económica con los países de origen hasta una política común de fronteras.

Es importante señalar que la Unión Europea fue creciendo gradualmente con la adhesión de otras naciones. La cooperación ha sido la clave para su desarrollo, es importante mantener la cohesión entre los países miembros, manteniendo un crecimiento equitativo entre los mismos. A pesar de toda la historia con la que tiene que cargar el continente Europeo, este ha logrado sobreponerse siendo hoy la primera potencia comercial del mundo, ahora es necesario la innovación y el descubrimiento de nuevas maneras de adaptar esta unión a la globalización, la unión europea no esta totalmente desarrollada en todo su potencial.

 José Rafael Ordoñez Vega

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